¿Qué es necesario cambiar para que las y los jóvenes que viven en contextos de violencia puedan mejorar sus condiciones de empleabilidad y encuentren un empleo digno?

Con el objetivo de responder a esta pregunta el pasado 12 de octubre fue presentada a nivel regional la investigación denominada: ¡Escúchennos! Somos capaces de contribuir a la paz en el Triángulo Norte de Centroamérica.

Realizada en el marco del programa regional CaPAZ que ejecuta la Cooperación Alemana al Desarrollo – GIZ en Guatemala, Honduras y El Salvador, un equipo de jóvenes procedentes de estos tres países recopiló a través de diferentes grupos focales las opiniones y anhelos de 117 jóvenes centroamericanos quienes compartieron algunos de los principales obstáculos que encuentran para acceder a oportunidades de empleo formal y de educación en sus comunidades.

Discriminación por sus zonas de origen, plazas que no ofrecen flexibilidad para madres solteras o estigmatización de jóvenes pertenecientes a la comunidad LGBTI+ fueron algunas de las principales barreras que los y las jóvenes participantes de los grupos focales identificaron como los principales factores que impiden que gran parte de la juventud de los países vea frustrados sus anhelos y deseos de desarrollo personal y profesional.

Durante el proceso de recopilación de la información, el equipo de investigadores constató la alta motivación y el deseo inquebrantable de la juventud por encontrar una solución a todos los desafíos planteados para mejorar su calidad de vida y contribuir así al desarrollo de sus comunidades y sus países. Por tanto, es imperativo que todos aquellos actores que trabajan y ejecutan estrategias para el desarrollo económico, la educación y formación de jóvenes para el empleo, conozcan la visión y las expectativas que tiene la juventud para ofrecer soluciones hechas a la medida de las principales demandas.

La investigación participativa es un proceso que ha sido auspiciado por la GIZ y la Secretaría de la Integración Centroamericana – SISCA y en la cual participaron jóvenes de las organizaciones de Jóvenes contra la Violencia de los tres países participantes, así como de la Fundación Salvador del Mundo en El Salvador, el Centro Asesor para el Desarrollo de los Recursos Humanos – CADERH en Honduras y la Fundación Fé y Alegría en Guatemala.